NUESTROS TEXTOS PROPIOS


ABRIR LOS OJOS

 

Era la tarde de un día de frío, en el que todo el mundo iba abrigado con lana de arriba a abajo. Las tiendas y las calles ya empezaban a teñirse de Navidad, rellenándose de luces de colores. Abril y su mejor amiga, Zoe, se fijaron en el escaparate de una cafetería: había un panel de madera, cubierto de una nieve simulada en la que se mezclaban velas de todos los tamaños y una purpurina plateada que brillaba con la luz proveniente del interior del bar. Las dos amigas optaron por entrar y pedir dos tazas de chocolate caliente para llevar. Dicho y hecho, salieron de la tienda con las tazas humeante y se dirigieron a un banco arrinconado de la calle.

 

Cuando se sentaron, notaron un escalofrío que les recorrió las piernas y subió hasta las manos, que aguantaban la merienda. De repente, el miedo las impregnó, pero ni Abril ni Zoe sabían porqué Cambiaron na mirada y, en el reflejo de sus ojos asustados, vieron una nube púrpura que tapaba el cielo y lo oscurecía todo. Levantaron la vista para confirmarlo, y desgraciadamente estaba. Horrorizadas, echaron a correr hasta la plaza donde habían comprado el chocolate, y donde suponían que habría toda la multitud. Pero no encontraron nadie. Sólo se oían las ráfagas de viento picar, y repicar contra los cristales de las tiendas, todas cerradas. Volvieron a mirar el cielo y aquella nube seguía inundando el aire y con poco tiempo las calles. Todo iba desapareciendo a medida que ese color púrpura tan tenebroso, lo cubría. Las dos amigas se acercaron la una a la otra cuando ya sólo veían a un metro de diámetro. Aterrorizadas, apretaron los dientes, dejaron de respirar, y cerraron los ojos con fuerza.

 

De golpe, Abril dejó de notar las manos de Zoe aferrándose a ella. Olió un aroma de manzana al horno y levantó las pestañas. Estaba en su cama, tapada con las sábanas de cuadros rojos y la manta blanca que tanto le gustaba. Dirigió la mirada en la ventana de la habitación y vio un cielo azul como el iris de sus ojos, y no sabía porque, se le hacía extraño verlo con ese color. Miró el calendario que colgaba del corcho de la pared para descartar que hoy tocaba ir al instituto, y por suerte era domingo. Pero ese día y al día siguiente, ella no recordaba nada de lo que había sucedido en su sueño.

 

Abril Nicolàs Torrelles


Una copa de alcohol va acompañada de una desgracia rotunda...

 

Me levanté una mañana de verano, justamente un 13 de julio del 2018 en Letur (Albacete), todo estaba muy tranquilo y no se escuchaba nada ... sólo los pivotes de los pájaros. Mi madre estaba en la cocina y mi padre salió a correr por las calles tan bonitos y rústicos de su pueblo, donde nació y donde se crió, yo estaba en mi habitación hablando por teléfono con la Janet mi mejor amiga, estábamos hablando de que, en Lauren haría una fiesta en su casa desde las 19:00 hasta las 00.00 de la madrugada del día siguiente. Pasó el día volando ya las 18.00 ya estaba preparando para salir a pasar una buena noche, cuando de repente mis padres me llamaron desde el sofá, fui y me senté con ellos y me contaron que debo ser responsable de mí misma y tener una responsabilidad de una niña mejor dicho en una mujer de 17 años ... Janet ya estaba en la puerta, como siempre haciendo un storie al instagram explicando que se iría de fiesta, yo todavía no entendía por qué publicaba toda su vida. Salí de la puerta con un vestido rojo, unos tacones negros, un collar de el Zara y unos pendientes de plumas blancas. Fuimos a casa de Lauren.

 

Cuando llegamos a la fiesta había muchísima gente y la música .. Que podía decir de la música era la mejor de todas las fiestas y era la misma que ponían a todos los lugares reggaeton puro y un poco de trap a mí me encantaba cuando iba a una fiesta y tenían esta música y ahora me encantaría volver a escucharla. Empecé a bailar con Marta mi prima de 15 años, ella llevaba un pantalón azul vaqueros muy ajustados y una blusa blanca que transparentaba su sujetador blanco. También llevaba las mismas pendientes que yo y unos tacones color beige. Ella se pidió un Gin-Tonic y yo también, si lo hubiera sabido antes nunca habría pedido, pero ya está hecho, hecho queda. Después de bailar mucho, mucho y mucho me vinieron ganas de ir al baño y fui una estúpida al dejar el Gin-Tonic en la barra, me dirigí hacia el WC y cuando volví cogí mi copa y le dar un trago y seguí bailando. En qué momento no me llevé la copa ... Después de mucho rato ya eran las 23:00 y yo me empecé a encontrar muy mareada, pensaba que ya estaba ebria de tantos tragos que le di pero no ... Allí comenzó una pesadilla que nadie sabía pero sigo contando. Al cabo de un rato empecé a ver borroso y era todo muy raro pero Janet y Marta estaban en la otra punta así que no se dieron cuenta ... Unos chicos me cogieron y me llevaron al baño, me bajaron las bragas y ... Me violaron allí mismo, yo ya no sabía qué hacer.

Al día siguiente fui al ginecólogo con mi madre y cuando dijo el resultado me quise morir allí mismo, yo no recordaba lo que había pasado. Tenía VIH, tenía sida y yo sólo tenía 17 años y una vida por delante. Le comenté a mis amigos, a la primera en la Janet que corrientes vino a mi casa con 5 cajas de bombones, eran los que más me gustaban pero yo seguía tan triste, luego le comenté a toda mi familia que rápidamente también vinieron corrientes. Cuando ya estaban todos allí, mi abuelo sacó la guitarra y me dedicó una canción, no era sólo una canción, era un fandango de Camarón, justamente era la que me cantaba él cuando quería que me dormía era la canción de Nana del caballo grande, una de las mejores canciones de aquel artista. Cuando terminó yo también acabé, pero llorando. Después de 2 horas muy intensas llamé a Lauren que por teléfono lloró como nunca había visto. Vino a casa y me abrazó tan fuerte que me quedé sin aire en los pulmones. Cuando nos fuimos al polideportivo como todas las tardes. Nos sentamos en el banco y nos miramos a los ojos, yo aún no sabía que me iba a decir pero me cambiaría el poco tiempo de vida que me quedaba.

Después de 5 min en silencio y hablando sólo por la mirada me dijo que estaba totalmente enamorado de mí y que no se imaginaba una vida sin mí. En ese momento me besó y yo acepté. Tras el beso le dije que yo también la quería y mucho. Comenzamos una relación que los dos sabían que tenía hora y fecha de nuestra ruptura. Estuve todo el rato con la cabeza en su hombro y su cabeza apoyada en mi. Cuando volvimos a casa le comunicamos a todos nuestra relación pero cogidos de la mano. Después de 5 meses de relación llegó el 7 de diciembre de 2018, el peor día de mi vida, olía a un triste invierno pero yo ya no podía hacer nada. Pasé las horas en el sofá tirón rodeada de todos los que me querían y me despedí, le di un beso muy grande a Lauren y dije un poema de Federico García Lorca: Caminante no hay camino, se Hace camino al andar. Al andar se Hace el camino y al volver la vista atrás se viene la senda que nunca se ha de volver a pisar. Y ya mi alma no era, sólo quedó de mí un cuerpo blanco con un vestido rojo, unos tacones negros, un collar del Zara y unos pendientes de plumas blancas.

 

Lucia Muñoz Cabañas


DESDE ESA NOCHE

Era un día normal, del todo normal, bien del todo normal no, no entiendo porque a la gente le gusta tanto comenzar sus historias de esta manera. Pues, me presento, mi nombre Juan, tengo 14 años y estudio en un instituto de Valls, se llama Narcis Oller. Mi hermana se llama Nuria y tiene 17 años, estudia en el mismo instituto. Mi padre tiene 41 años, él tiene una pareja que no es mi madre. Se dice Montse y tiene 37 años tiene 2 hijos, son también mis hermanos, no de sangre, pero los quiero igual, se llaman Roc y sus, Roc es el más pequeño, tiene 5 añitos, y la Llúria tiene 13, va también al mismo instituto que yo y nos vemos por los pasillos.

Los 6 vivimos en una casa, muy amplia, en la que entra muchísima luminosidad, casi no utilizamos los interruptores.

Mi mejor amigo se llama Arnau, va a mi clase, de vez en cuando quedamos en la biblioteca para hacer los deberes, porque en casa concentrarse es muy complejo, pero nunca acabamos todos los deberes y los padres a menudo no se dan cuenta.

 

No se os haveis dado cuenta de que, normalmente, todos los abuelos dicen que es muy importante estudiar, que forma parte de nuestro futuro y no sé qué cosas más? A ver yo encuentro normal que digan todo esto porque tendremos que trabajar de alguna manera; pero, el otro día yo estaba sentado en el banco de atrás del instituto esperando que, Arnau, que es altamente despistado volviera a la clase a recoger su jersey. Pasó la abuela, la madre y el padre de Arnau, muy cabreados, dirigiéndose a mí, yo, imaginaba que como de costumbre Elia su madre, me daría la merienda de Arnau para que cuando bajara le pudiera dar, pero cuando se acercaron a mí ...

-Eres tú, ¿verdad? Tú eres el que ha alterado la conducta de mi hijo? - Dijo Elia.

-Como dice? -Me preguntó, respetuosamente, sin entender del todo la situación.

-No hace falta que lo escondas más, tú has impuesto tu falta de estudios en mi hijo, todos en la familia sois iguales. Apenas tu hermana, llegará a trabajar en un supermercado.- Repitió Elia.

 

- A mi hermana no le será necesario trabajar en un supermercado! - Voy replicó con un grito protegiendo mi hermana, mientras una lágrima de su ojo derecho chorreaba por la cara hasta caer en la camiseta.

- Oye niño no quiero que vuelvas a acercar a mi fill.- Dijo mirándome fijamente a los ojos, que tenía como naranjas debido a la sorpresa que me producía la situación.

Me levanté del banco y, me fui sin volver a mirar Elia.

 

A la hora de la cena entre la Llúria y yo poner la mesa, para que Nuria, como siempre tiene la excusa de que todos los hermanos de la familia siempre queremos.

-Núria debes poner la mesa con Juan y Llúria! - Llama siempre el padre.

-Pero padre, tengo que hacer un montón de deberes y tengo que estudiarlo Esta excusa exactamente.

Después de cenar, cuando todos íbamos a dormir, el padre vino a hablar conmigo, había notado diferentes actitudes peculiares de mí, estuvimos hablando sobre lo que había pasado unas horas atrás, cuando el padre salió de la habitación, las luces ya estaban apagadas y se fue a dormir.

 

El padre siempre cuenta a los niños, algo muy curioso que le ocurrió cuando él era pequeño.

"Cuando yo era pequeño, mi padre siempre que le llegaba una nota en la agenda mía de la escuela, me decía, la única persona que no se equivoca es aquella que nunca hace nada." Juan había escuchado aquella frase muchísimas veces, pero nunca conseguía extraer el significado, siempre se quedaba con la curiosidad. Pero aquella noche en Juan, lo vio claro, comprendió cada palabra, y pensando en ellos tomó una decisión.

 

Al día siguiente, ni el Arnau ni Juan, se dirigieron la palabra, en algunas ocasiones, conectaban la mirada y rápidamente se giraban. Día tras día, fueron haciendo diferentes amigos, Arnau entró al grupo perverso de la clase, un grupo muy selectivo según la ropa, la actitud y la mala educación. Cuando fue mayor ocupó un piso con unos amigos que fue haciendo a medida que su cuerpo iba ingiriendo productos nada recomendables, en cambio Juan se juntó con un grupo de amigos muy diverso, se fue haciendo mayor, estudió psicología, y cuando ahorró suficiente dinero, abrió su propia clínica. El número de clientes, aumentaba de manera proporcionada al esfuerzo que Juan dejaba a cada consulta.

 

Arnau lo había perdido todo. Decidió intentar rehacer su vida, empezó yendo a la asistenta, va arreglarle varios problemas y recomendarle hacer una visita al psicólogo, su madre, Elia, no hizo nada por su hijo, y después de varias visitas a diferentes clínicas sin ningún resultado, Arnau fue a la clínica de su desamigo, en la clínica de Juan. En Juan, ayudarle como si no hubiera pasado nada, le dio trabajo como recepcionista de su clínica. Y Arnau pudo volver a ser quien realmente era.


EL HOMBRE DE LA CAPA NEGRA

La noche, una sombra; un cuchillo; el grito; la sangre. Silencio. Las olas del mar en sintonía con mis lágrimas . Algo se tragaba mis sentimientos. Delante de mis ojos, mi hermana María, dormida para siempre en un sueño interminable juntamente con mis padres que nunca conocí. Me quedé paralizado, aterrorizado. Empecé a correr para llegar no se dónde. Crucé la playa entera, el puerto que la seguía y allí cogí la primera barca que encontré. Era pequeña, de madera y tenia algunos rasgos de pintura roja. Subí en ella con temor y empecé a remar lo más rápido que mis brazos me permitían. Sabía que el asesino me perseguía sentado en otra barca. Miré hacia atrás para verle, sólo distinguí el color negro que le tapaba de pies a cabeza. El también remaba, con más rapidez que yo. Me dí cuenta de que mis manos sangraban, me cocían y dolían. Era insoportable y asqueroso, però no me rendí. Una ola enorme se alzó delante de mi. Estaba agobiado, desesperado, no entendía nada, todo parecía ireal y muy extraño. Me sentí solo. Tenía miedo de morir. Cerré los ojos y me dejé llevar sin ninguna intención.

No se cómo, pero logré superar las olas y las dejé atrás. Todo se convirtió en calma y tranquilidad. El cuerpo me pesaba y la mente me daba vueltas. Las manos me seguían sangrando. Respiré el aire salado. Recordé de quien escapaba y pensé que él, ya se debería haver ahogado con las olas. Entonces, ví una ténue luz entre el negro. Pensé que detrás de ella, podía haver vida y decidí navegar hacia ella en busca de ayuda. Era mi esperanza, de hecho, mi única esperanza. Con la idea clara, cogí los remos de nevo y empezé a apartar el agua de mi camino. Poco a poco me iba acercando a la luz cada vez más intensa. Y por fin llegé a la orilla de la diminuta cala donde brillaba mi objetivo. Allí aparqué mi barca y exploré aquel sitio: estaba todo lleno de piedras de quarzo y matorrales de arándanos. Cogí uno y lo prové; la verdad, es que estaba rico y dulce, al contrario de lo que estaba a punto pasar.

Miré al cielo y por instinto bajé la mirada. No me lo podía creer: el señor de la capa negra estaba ahí. Seguramente, la cara que hice en aquel momento cubrió de gloria y orgullo a ese hombre. Mi sangre y mi miedo, volvieron a correrme por la venas. Me giré y entreví unas escaleras casi verticales y medio derramadas. Era mi única opción de sobrevivir. Dudé de escalarlas, pero el sonido del cuchillo que sacó del bolsillo ese hombre, me apresuró a subirlas sin pensar. Reconocí que era muy hábil trepando, tal vez por eso subí tan rápido hasta la luz que me esperanzaba. Al ver de dónde provenía, me tragué la saliva y me quedé sin nada. No habían personas, sólo un faro de los más antiguos que había visto en mi vida, y detrás, volvía a tener al asesino. No os voy a decir cómo me sentí porque creo que os lo podéis imaginar perfectamente. El señor de la capa negra, se acercó a mi con el cuchillo ya utilizado me amenazó levantando su mano. Yo me quedé igual, inmóvil. Con su otra mano, me cogió del cuello y lo apretó. Supuse que estaba muy fuerte porque consiguió levantarme del suelo. Me dejó estar y me empujó contra la pared blanca del faro. Me dijo unas palabras en otro idioma que no entendí, pero agradezco no haberlo hecho. Con la punta del cuchillo me apunto al corazón que realmente tenía vacío. Yo no sabía que pensar, que decir, ni que hacer. Sólo supe que era el momento.

Estaba seguro que no quería morir en manos de alguien que no fuera yo, y dispuesto a suicidarme, me aparté del hombre mientras me acercaba al borde de aquel acantilado directo al mar. El asesino dijo otras palabras más que tampoco descifré. Me quede con su mirada, con la de mi hermana y con la mía. Confié en mi mismo y me tiré por el precipicio.

Esos, fueron mis últimos instantes, pero fueron tranquilos. Noté la brisa, el olor del mar, la capa negra contra el viento y vi la luz tenue del faro.

 

Ahora no estoy allí, estoy aquí, en el cielo. No te puedo decir lo que se ni lo que veo, solo que el hombre de la capa negra está contigo.

 

Abril Nicolàs Torrelles

HE DESHECHO MI PARED PARA SER FELIZ

...................................................................................................................Muy pronto....................................................................................................................